domingo, 15 de noviembre de 2009

Testimonio y reflexiones de David Fernández-Ordóñez (Profesor de la Universidad Politécnica de Madrid)

Constato con preocupación que La Escuela de Cerámica de la Moncloa vive momentos de titubeos políticos cuyos intereses no me quedan claros.

Conozco bien esta Escuela y he comprobado personalmente, cómo consiguen que arte, ciencia y creatividad caminen de la mano. Sin pasear forzadas, con un paso distendido y manteniendo un diálogo constante.



Los alumnos que emprenden la formación estructurada se examinan de Anatomía, Química, Historia del Arte, Dibujo Artístico, Modelado, Serigrafía, Moldes, Torno, Muralismo y además investigan otros campos al margen de lo previsto; Fotografía, Creación de Libros de Artista, Creación Literaria, Sumi-e, Poesía Visual, Visitas a Museos alternativos para proyectos, Performances, Memorias en cada objetivo, Tormenta de ideas para compartir conocimientos....etc. En resumen, que su directriz consiste en una dinámica de “sumar” el conocimiento particular de cada alumno a favor del grupo.

Después de examinarse de todas las asignaturas y entregar proyectos alternativos y extracurriculares así como investigaciones, algunas trimestrales y otras anuales, terminan optando por el último curso de libre elección. Creo que en la trayectoria, se confirma una cierta exigencia académica que no concuerda con el reconocimiento posterior. Al finalizar el quinquenio los alumnos no obtienen titulación alguna oficial, sino el de mera asistencia. Esto debía haberse resuelto hace tiempo y debería hacer enrojecer a la dirección del Centro hasta la médula por tamaña dejadez. Aun así, los alumnos no se rinden al desaliento y pleitean por sus derechos al ver peligrar la escuela. ¡Eso sí que es admirable puesto que demuestran el valor y coraje del que adolece esta sociedad! ¡Por fuerza este profesorado y alumnado tienen que ser tan diferentes!

La cerámica no es sólo un producto estrella del pasado, interviene mucho en el presente y será más esencial, si cabe, en el futuro. Recientes investigaciones han demostrado sus múltiples aplicaciones como componente principal en diversos materiales innovadores. Se estudian las fachadas cerámicas vivas, en las que se prioriza el respeto por el medio ambiente, el arte constructivo y la tecnología para su desarrollo. Esta Escuela es el único lugar que conozco en el que se cuidará la estética, se estudiará la técnica y se ahondará en sus futuras aplicaciones.


Creo que los que están empeñados en dañar esta Institución deberían pensar algo más en su futura repercusión. Cuando algo que tiene valor intrínseco, lo minusvaloras o lo extingues, eres responsable de los daños causados. Porque el bien obrar, de acuerdo con las leyes de la naturaleza y en el respeto a los demás es, en definitiva, “el arte de saber vivir”. Es importante reflexionar antes de actuar y por el modo en que se está actuando no extraigo ningún razonamiento que se mantenga.

En el caso que fuese falta de presupuesto, cosa que cuestiono, por la cantidad de impuestos que pagamos los madrileños, siempre ha habido vías alternativas que los políticos no desconocen. En el caso de estarse estudiando la unión entre las dos escuelas, no se deben forzar vínculos sin consentimiento. Menos aún apartar de todo proyecto a esta Escuela sin que les tiemble el pulso. Lo que es recriminable es el mutismo y la cerrazón a la que está sometida a día de hoy.

Decía Ramón y Cajal que “en la ciencia, como en la vida, el fruto llega siempre después del amor”, lo mismo sucede con la Escuela de Cerámica. Esta frase se la traduzco a los políticos en su jerga, “la rentabilidad de la Escuela Madrileña de Cerámica de la Moncloa”...depende de su atención, consideración y respeto. Sólo así descubrirán sus frutos, si la cercenan sólo quedará el vacío que deja.

David Fernández-Ordóñez
Profesor de la Universidad Politécnica de Madrid

1 comentario:

  1. Muchisimas gracias por tu apoyo..., me parece una estupenda descripción sobre la inquietud que a todos nos produce en estos momentos la falta de sensibilidad con cualquier cosa que no sea puramente rentable.

    Pilar Lara
    Alumna de la Escuela,

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